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En el mundo de la creación literaria es bien conocida la figura del Negro: el escritor que a cambio de una escasa recompensa y en un completo anonimato pone su trabajo y su talento al servicio de alguien sin escrúpulos. Y éste gana dinero y reconocimiento gracias al trabajo del Negro.

Pues bien, hasta ahora siempre hemos pensado que el Negro era una figura reservada para la creación artística. Pues hace unos días ha sido noticia el primer Negro en el sector TIAndrew Valentine publicó en su blog que Verizon había pillado a uno de sus trabajadores subcontratando su curro en China.

Sí, lo habéis leído bien: un trabajador a sueldo de una empresa occidental, programador para más señas, contrataba a una empresa China para que hiciera su trabajo. El tipo acudía puntualmente todos los días a su oficina para hacer chorradas varias, pues mientras tanto algún (o algunos) fulanos al otro lado del Pacífico hacían su trabajo que le enviaban puntualmente.

Si nos abstraemos de las consideraciones morales, la noticia nos proporciona dos datos importantes. El primero es que el trabajador en cuestión era el más productivo y el más premiado de su empresa. Es decir, el Negro es muy bueno. Y la segunda, el titular le pagaba al Negro el veinte por ciento de su sueldo: el Negro es muy barato.

Los que vivimos en el primer mundo podemos seguir sentados en nuestro pedestal. Pero la realidad es que en el mundo TI el más tonto hace relojes. Y especialmente en un campo en el que no hacen falta grandes inversiones ni medios materiales, como el desarrollo de software. Quizá en España, como vamos acelerando en nuestra vuelta al tercer mundo, acabemos haciendo de Negros.

La moraleja de esta historia es que todos los profesionales del sector TI, y muy especialmente los chicos jóvenes que empiezan, debemos preguntarnos todos los días ¿cuál es mi valor añadido?. O soy realmente bueno y alguien está dispuesto a pagar mis servicios esté donde esté o aprendo a hacer algo que sólo se pueda hacer en un sitio concreto. Para pintar una pared hay que ir a ella, pero escribir un programa normalmente se puede hacer desde cualquier sitio… y seguramente es fácil encontrar a alguien que programe mejor y más barato en algún lugar del Universo.

Y si me permitís el chiste fácil: quizá una de las causas de nuestra decadencia es que entre nosotros es más común de lo que nos pensamos ir a la oficina a hacer chorradas varias en vez de trabajar y ni siquiera se nos ocurre subcontratar el curro a un Negro.