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The Cloud Event

Los que ayer en Sevilla u hoy en Granada hayáis asistido al evento The Cloud Event organizado por Eticom y luego hayáis entrado en el blog habéis podido comprobar que, efectivamente, soy un vago: hacía más de un año que no lo actualizaba. Pero ya que os habéis acercado por aquí es obligado una pequeña actualización.

Aprovecho en primer lugar para dar las gracias a ETICOM, y en especial a Guillermo Martínez y a José Luis Marijuan, que me hayan invitado a dar la charla inaugural en Sevilla y en Granada. También quiero darles la enhorabuena por el poder de convocatoria y el nivel del evento.

También quiero resaltar la oportunidad del evento. Es evidente que vivimos tiempos complicados, pues aunque estén mejorando las perspectivas vivimos tiempos complicados. Pero si en el sector TI achacamos la bajada de ventas sólo a la crisis nos equivocamos, y mucho. Como he dicho en mi charla nos encontramos ante un cambio de paradigma y por eso eventos como The Cloud Event que puedan ayudarnos a comprender que estamos ante un nuevo tiempo y cómo desenvolvernos en él pueden ser de gran ayuda.

En la parte sentimental, al entrar ayer en la sede de la CEA me reencontré con mi pasado en la Junta de ETICOM y hoy al entrar en la nueva y flamante sede (qué bonita ha quedado) del Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud de Granada recordé una época especial de Catón, que fue la primera empresa en instalarse en el PTS. Fue el 23 de Septiembre de 2003.

Durante las conferencias he visto caras de sorpresa cuando he contado la historia, orígenes y razones del Cloud Computing. Creo que merece la pena que hablemos de ello en los próximos días.

El Programador Negro

En el mundo de la creación literaria es bien conocida la figura del Negro: el escritor que a cambio de una escasa recompensa y en un completo anonimato pone su trabajo y su talento al servicio de alguien sin escrúpulos. Y éste gana dinero y reconocimiento gracias al trabajo del Negro.

Pues bien, hasta ahora siempre hemos pensado que el Negro era una figura reservada para la creación artística. Pues hace unos días ha sido noticia el primer Negro en el sector TIAndrew Valentine publicó en su blog que Verizon había pillado a uno de sus trabajadores subcontratando su curro en China.

Sí, lo habéis leído bien: un trabajador a sueldo de una empresa occidental, programador para más señas, contrataba a una empresa China para que hiciera su trabajo. El tipo acudía puntualmente todos los días a su oficina para hacer chorradas varias, pues mientras tanto algún (o algunos) fulanos al otro lado del Pacífico hacían su trabajo que le enviaban puntualmente.

Si nos abstraemos de las consideraciones morales, la noticia nos proporciona dos datos importantes. El primero es que el trabajador en cuestión era el más productivo y el más premiado de su empresa. Es decir, el Negro es muy bueno. Y la segunda, el titular le pagaba al Negro el veinte por ciento de su sueldo: el Negro es muy barato.

Los que vivimos en el primer mundo podemos seguir sentados en nuestro pedestal. Pero la realidad es que en el mundo TI el más tonto hace relojes. Y especialmente en un campo en el que no hacen falta grandes inversiones ni medios materiales, como el desarrollo de software. Quizá en España, como vamos acelerando en nuestra vuelta al tercer mundo, acabemos haciendo de Negros.

La moraleja de esta historia es que todos los profesionales del sector TI, y muy especialmente los chicos jóvenes que empiezan, debemos preguntarnos todos los días ¿cuál es mi valor añadido?. O soy realmente bueno y alguien está dispuesto a pagar mis servicios esté donde esté o aprendo a hacer algo que sólo se pueda hacer en un sitio concreto. Para pintar una pared hay que ir a ella, pero escribir un programa normalmente se puede hacer desde cualquier sitio… y seguramente es fácil encontrar a alguien que programe mejor y más barato en algún lugar del Universo.

Y si me permitís el chiste fácil: quizá una de las causas de nuestra decadencia es que entre nosotros es más común de lo que nos pensamos ir a la oficina a hacer chorradas varias en vez de trabajar y ni siquiera se nos ocurre subcontratar el curro a un Negro.

Más con menos

Ya ha terminado el paréntesis navideño. Paréntesis total para los que han tenido la suerte de irse de vacaciones, y parcial para los que hemos seguido trabajando. En cualquier caso es obvio que son fechas en las que la actividad baja, aunque sólo sea porque hay menos gente al otro lado del teléfono o del correo electrónico.

Pero hoy es un día de comienzo de año, es decir, de los buenos propósitos: adelgazar, hacer deporte, aprender inglés, dejar de fumar, etc, etc. Para muchos, estos propósitos se quedan en matrículas de gimnasio que no se utilizan o fascículos de algún tema más o menos absurdo que no se leen.

Y en el plano profesional se empieza a asumir la realidad de los objetivos del año. Y digo que se empieza a asumir la realidad de los objetivos del año porque, si se han hecho las cosas bien, los objetivos -los que sean- deberíamos tenerlos ya establecidos desde hace tiempo.

La dura realidad que nos toca en 2013, independientemente de cuál sea nuestra función, es hacer Más con Menos. Da igual si somos CIO, System Manager, Consultor o Comercial de Servicios. El verdadero denominador común es que tenemos que hacer Más con Menos. Y esto, dependiendo del siempre difícil equilibrio entre el «Más» y el «Menos», tiene una lectura positiva y otra negativa.

La lectura positiva es que si somos capaces de atender las necesidades con un menor consumo de recursos es que estamos ganando en eficacia y productividad. Estoy viendo entidades de todo tipo (públicas y privadas) que mantienen prestaciones/calidad de servicio con bastantes menos recursos. Esto significa no sólo que estamos ganando en eficiencia y productividad, sino que para ello estamos venciendo al conservadurismo imperante durante tanto tiempo en el entorno TI.

La lectura negativa es cuando el «Menos» supera el umbral de lo razonable. Es decir, cuando intentamos construir la muralla china con palillos y un bote de cola. Y en un sector que tradicionalmente ha consumido más recursos de los estrictamente necesarios corremos el riesgo de pasarnos de frenada.