No es Cloud todo lo que reluce
Aunque lo he mencionado de pasada en la presentación, quiero dedicar la primera entrada a explicar por qué he titulado a mi blog No es Cloud todo lo que reluce. El mercado de la tecnología, como cualquier otro mercado, se rige por dos leyes: por un lado están las necesidades reales de los usuarios y clientes, y por otro están las modas. Y como en cualquier otro mercado, las modas marcan tendencia y modifican el comportamiento de los clientes y de los proveedores.
Que la moda ejerce un poder sobrenatural sobre los clientes es indudable: ¿qué otra clase de poder sería capaz de conseguir que millones de personas a lo largo del planeta utilizaran pantalones campana en los 70?. Pero es más curioso todavía el efecto que ejerce sobre los proveedores, pues como norma general los idiotiza completamente. Cuando un proveedor de tecnología sucumbe a los efectos de una moda, deja de pensar -si es que lo estaba haciendo-, agarra el primer producto que le viene a mano y lo pinta del color de la moda de turno.
Las modas tecnológicas son fácilmente entendibles en el mercado de consumo: tener un determinado smartphone o cualquier otro gadget, no deja de ser un complemento personal como unos zapatos o un bolso «fíjate, borja mari calza unas paridas y habla por un sifón«. Es más, existe un subproducto de la especie humana ciertamente curioso: los famosos early adopters de la curva de Rogers (algún día hablaremos de ella) en el mercado de consumo. Hace 20 años, estando un día de visita de compromiso, mis anfitriones (que no sabían a lo que me dedicaba yo) me contaron muy orgullosos que tenían un ordenador personal con correo electrónico… que no podían usar porque no podían pagarlo y porque no tenían con quién intercambiar correos...
Pero, al contrario de lo que pudiéramos pensar, es en el mercado profesional donde esto se manifiesta en su máxima expresión. Es muy curioso observar cómo las modas consiguen que una inmensa mayoría de gente abandone su capacidad de raciocinio y empiece a razonar como las moscas: si todo el mundo come mierda, habrá que comer mierda. La razón es obvia: mi jefe no me recriminará por hacer lo que hace todo el mundo. Este fenómeno requiere un formateo previo del cerebro: en general y desgraciadamente, el sentido común es el menos común de los sentidos.
Ahora todo es Cloud. Hay empresas vendiendo productos que tienen en catálogo desde los años 90 y que, curiosamente, ahora se llaman Cloud. Si hacemos una encuesta, nos encontraremos con tantas definiciones de Cloud como entrevistados. Proyectos de consolidación iguales a los que hacíamos hace 10 años, ahora son innovadores proyectos cloud. Sus responsables no tienen ni idea del verdadero cambio de paradigma que supone el Cloud. Lo realmente importante es hacer un proyecto que pueda ser mostrado como tal.
Y Lo mismo sucede con la Eficiencia Energética. He estado en eventos en los que el director de sistemas de turno te pone dos transparencias con fondo verde y te cuenta que es el rey de la eficiencia. Y resulta que en ambas transparencias te presenta el equivalente informático a un Hummer y se queda tan ancho. En fin, No es Cloud todo lo que reluce.