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Nubes y Nubarrones

Hoy ha comenzado ASLAN, la feria especializada en redes y tecnologías convergentes. En otro tiempo, era una pequeña feria especializada, y muy orientada a «cacharros y cachivaches». A ASLAN íbamos siempre a ver las últimas novedades en chismes de comunicaciones: desde el último modelo de gigarouter, modernas tecnologías de cableado a la aparición de los güifis, güimaxes y similares. Por eso ASLAN siempre ha sido una feria de obligado cumplimiento para cualquier responsable de redes que se precie, y para el responsable de sistemas que quisiera estar un poco al tanto.

Pero este año nos quedamos sin ver el recojocacharro en su vitrina. Todo son nubes. Nubes públicas, nubes privadas, mi nube es más blanca que la tuya… Total, hemos cambiado los cacharros por nubes. Hay tanto cielo azul y tanta nube que sólo falta que los visitantes se pongan alas (haría falta también un tío con barba blanca y llaves en los tornos de entrada al pabellón 2 de IFEMA).

Ya lo hemos dicho, el cloud está de moda. Muy de moda. Y es lógico pues es un paradigma que va a cambiar el modelo de negocio TI. Por eso hoy, durante la enésima vuelta visitando los stands, además de Nubes he visto Nubarrones. No hay que hablar con muchos expositores para darse cuenta de que el ambiente de los expositores es, en general, pesimista. La crisis que estamos sufriendo es muy seria, y el sector TI no es ajeno a ella. Ha llegado más tarde que en otros sectores, pero para el sector TI la crisis ha llegado para quedarse: el principal cliente del sector es la administración pública, y todo apunta a que las AAPP no van a comprar mucho en los próximos años.

Pero cometeríamos un grave error si termináramos aquí el análisis. Es cierto que se ciernen negros nubarrones sobre el sector TI español. Pero no únicamente por la crisis, sino por lo que supone lo que he escrito al comienzo: en el sector hemos comenzado la transición de vender cacharros a vender nubes. Y los cacharros, aunque fueran diseñados en EEUU y fabricados en China, eran vendidos, instalados y mantenidos por empresas de aquí, y con suerte en el contexto de un proyecto de integración. Es decir, los cacharros de fuera daban de comer a muchas empresas de aquí, generando aquí muchos puestos de trabajo.

Pero si nos llevamos todo a las nubes… a las nubes se las lleva el viento. Las nubes son un problema de economías de escala, y cuanto más grande es el proveedor más competitivo es. Y, en España, no tenemos ninguna nube grande. Es más, tenemos un potente anticiclón y la tradicional pertinaz sequía. Así que muchos clientes están sustituyendo el proyecto para poner en marcha el servicio X, comprado a su integrador favorito (cacharros, instalación, consultoría, mantenimiento, etc), por los servicios nubosos correspondientes. Y en este caso se compran a los cirros, cúmulos o nimbos de turno. Y los grandes están fuera, prestan servicios desde fuera y crean puestos de trabajo fuera.

Alguien debería darse cuenta de que cuando una Universidad Pública -más de una  lo ha hecho ya- decide quitarse de encima la estafeta de correo electrónico para moverla al proveedor de correo nuboso, cambia un proveedor local que paga impuestos aquí y crea puestos de trabajo aquí por alguien que reside en un paraíso fiscal y no paga impuestos. Y que esta es una de las razones para que sea tan competitivo.

No me malinterpretéis. No se trata de establecer medidas proteccionistas. Lo que hay que hacer es evitar la competencia desleal: competir contra alguien que opera desde un paraíso fiscal es como hacerlo contra alguien   que trabaja en negro, pues no pagan impuestos.

Y aprovecho otra vez para invitaros a la charla que daré a las hoy 11:45 en el Foro Tecnológico: «Monitorización y Control Inteligente del PUE».

La Alta Densidad como necesidad para la Eficiencia Energética

Cada vez que cuento que en la instalación de la FCSCL hemos superado densidades de 44Kw por rack, veo dos tipos de reacciones: quienes lo ven en una presentación suelen ser escépticos (total, todos sabemos que en este oficio hay cierta costumbre de inflar números…). Pero también están las visitas a quienes se lo cuento in situ, mientras sufren lo que es estar detrás de racks chufando más de 40Kw por el tubo de escape: lo más parecido a un secador de cuerpo entero que os podáis imaginar.

En el discurso sobre nuestro secador siempre resalto dos cosas. La primera, que tener una instalación de estas características es todo un reto de ingeniería. Y la segunda, y mucho más importante,  es que esta alta densidad es fundamental para alcanzar una alta eficiencia energética. Es de sentido común: tratar un punto caliente es complicado, pero si se consigue es más eficiente que si se tiene calor disperso.

Empezamos con este discurso hace muchos años, y predicando en el desierto. Recuerdo, en unas jornadas de usuarios de supercomputación del año 2006, que hice una presentación sobre el gran problema de la eficiencia energética. La audiencia no me hizo puñetero caso: casi todos tenían unos clústeres de cálculo estupendos, pero a ninguno le tocaba pagar la luz. Además, y como ya he contado en más de una ocasión he conocido directores de sistemas que utilizaban el cuánto gasta mi camión como unidad de medida del gran director de sistemas que soy.

Pero moda o no moda, el mensaje va calando. Sobre todo, si el mensaje viene de fuera: tenemos tanta fe en nosotros mismos que damos más credibilidad a los mensajes del exterior. ¿Cuándo nos daremos cuenta de que esta actitud tiene mucho que ver con la crisis que padecemos?. Así que, para que no me tengáis que hacer caso a mí y podáis hacer caso a mensajes de fuera, os dejo un enlace a un artículo interesantísimo publicado por The Green Grid: Breaking new Ground on Datacenter Efficiency. Es un caso de éxito de como eBay ha conseguido una altísima eficiencia gracias a la alta densidad.

 

 

Cloud, Cloud… y más Cloud

Agenda de hoy: a las diez, reunión. Como no podía ser menos uno de los temas centrales sobre la mesa, estrategia en cloud. A las 12, videoconferencia de un consorcio de proyecto para preparar una propuesta de proyecto europeo de desarrollo en cloud. Después, comida con una gran multinacional –muy agradable y muy buena la comida del Restaurante La Estrella de Villaobispo-. Tema central: posibilidad de colaboración en proyectos cloud.

Cuando regreso al despacho por la tarde, dispuesto a empezar el día, me dispongo a intentar desatascar la pila de tareas y correos atrasados. Entre estas veo una que tengo pendiente desde hace unos días: una empresa especializada en la organización de eventos me pidió que supervisara el programa sobre un evento sobre Cloud Computing. Estaba estudiándome el borrador del programa,   asintiendo con aprobación «es denso pero equilibrado, y toca todos los temas necesarios» cuando me doy cuenta de una carencia crucial. Capital. Repasando las conversaciones que he tenido a lo largo del día, el único denominador común a todas ellas era el cloud. Por lo demás, existían grandes diferencias entre ellos: sector público, privado, científicos, gran empresa, pyme…

Entre todos ellos había otro denominador común: si a cada uno de ellos le hubiera preguntado individualmente ¿qué es cloud computing?, estoy seguro que cada uno me hubiera dado una respuesta diferente. Es decir, que el cloud no sólo ha conseguido ser una moda, pues también se ha convertido en un fenómeno extraño en el sector: es una especie de El Dorado al que todos queremos llegar, pues es el que nos va sacar de la crisis.

Será más fácil llegar al destino si tenemos un mapa, o al menos sabemos por dónde se va. Por eso, mi respuesta al programa ha sido «está muy bien, pero añadiría una primera presentación que explique qué es Cloud Computing. Es imprescindible que la audiencia comprenda que Cloud Computing no es una tecnología, sino un modelo, un paradigma». En la próxima entrada os contaré qué es cloud computing.